Colombia apuesta por semillas autorizadas para fortalecer seguridad alimentaria y productividad agropecuaria

* En Colombia hay solo 15 cultivos con semillas certificadas y más de 1.000 especies clasificadas como semillas seleccionadas, entre las que están hortalizas, flores, aromáticas, forestales, entre otros cultivos.

* En el país, aún hay cultivos que utilizan muy bajas cantidades de semillas autorizadas.

* La ilegalidad y la piratería en el uso de semillas (muchas veces de origen dudoso) compromete la sanidad vegetal, reduce los rendimientos y expone al productor a pérdidas irreversibles.

Agricultura & Ganadería

(Acosemillas – Lunes 13 de octubre de 2025).- En un contexto de cambio climático, presiones sobre los recursos naturales y aparición de nuevas plagas, el uso de semillas se consolida como la base de la competitividad agrícola y la seguridad alimentaria del país. Así lo destacó la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas), que reiteró la importancia de fortalecer la legalidad y la innovación en este sector.

Leonardo Ariza Ramírez, gerente general de Acosemillas, afirma que toda mejora en productividad, innovación y competitividad comienza con la calidad de la semilla. “Sin semillas legales y de calidad, adaptadas a nuestras realidades regionales, no hay producción sostenible, ni seguridad alimentaria”, comentó.

Datos que respaldan el cambio

En Colombia hay más de 1.000 especies clasificadas como semillas seleccionadas, entre hortalizas, flores, aromáticas y otros cultivos.

Según cifras del ICA para 2024, se sembraron más de 460.000 hectáreas de maíz, 500.000 de arroz y 50.000 de soya, alcanzando una producción que supera los seis millones de toneladas en estos tres cultivos estratégicos, que todos corresponden a semilla certificada.

Infortunadamente, aún hay cultivos que utilizan muy bajas cantidades de semillas certificadas. Por ejemplo, en cultivos de papa solo se utiliza el 10% en 109.000 hectáreas; soya solo usa 12% de semillas certificadas en las 93.200 hectáreas sembradas; por su parte la semilla de arroz certificada es sembrada solo en un 22 % en las 631.071 hectáreas de este cultivo. El maíz y el algodón, en cambio, si utilizan un porcentaje alto de semillas certificadas con un 87,5% de las 342.966 hectáreas sembradas del cereal (tecnificado 95% y tradicional 80%) y un 80% en las 12.000 hectáreas en 2024.

En la dimensión de producción nacional vs importación, se reporta que alrededor del 85% de las semillas certificadas son producidas por empresas nacionales, según datos del Ministerio de Agricultura. El resto proviene de importaciones. Esto refleja el esfuerzo del sector semillero colombiano por consolidar una industria nacional robusta, con capacidad de abastecer la mayoría de la demanda interna. El restante 15% de semillas importadas suele corresponder a variedades especializadas, híbridos o tecnologías que aún no se desarrollan localmente. Este equilibrio entre producción nacional e importación es clave para la soberanía alimentaria, la adaptación al cambio climático y la competitividad agrícola.

Que no se frene el desarrollo del agro

Desde Acosemillas se ha detectado un acceso desigual a la innovación, porque pequeños agricultores siguen excluidos del acceso a semillas certificadas y tecnologías de punta. La brecha no es técnica: es estructural. Y cerrar esa brecha es una decisión política.

“Por su parte, la ilegalidad y la piratería en el uso de semillas (muchas veces de origen dudoso) compromete la sanidad vegetal, reduce los rendimientos y expone al productor a pérdidas irreversibles. La informalidad no puede seguir siendo la norma”, recalca el dirigente gremial.

Por el lado del cambio climático y otras amenazas como las sequías prolongadas, lluvias extremas y algunas plagas emergentes se están reescribiendo las reglas del juego. La única respuesta viable es acelerar el desarrollo y adopción de variedades resilientes, adaptativas y saludables.

Además, la ausencia de reglas claras, la debilidad en la protección de la propiedad intelectual y la falta de incentivos a la investigación limitan la competitividad del sector. “Insistimos en que la innovación necesita un marco moderno, estable y confiable.”, acotó el directivo de la Asociación.

Es por eso que Acosemillas propone una hoja de ruta con algunas prioridades estratégicas como el hecho de ampliar el acceso a la innovación, democratizar el uso de semillas autorizadas (y las que tienen biotecnología), lo que garantizará que ningún agricultor quede rezagado. “Pretendemos fortalecer la legalidad y la transparencia, combatir la piratería, dignificar el comercio de semillas y proteger al productor con información clara y trazabilidad”, asegura Ariza Ramírez.

Y por último y no menos importante, debemos estimular la inversión, proteger el conocimiento y articular al Estado, la academia y el sector privado en una visión compartida.

El ICA, por su parte, ha exhortado a los agricultores a comprar semillas e insumos agropecuarios en establecimientos con registro oficial, a consultar las resoluciones que fijan las fechas de venta y de siembra autorizadas.

“Con semillas autorizadas se pueden lograr rendimientos significativamente más altos, mejor resistencia a enfermedades y plagas y mayor eficiencia en el uso de recursos como agua o insumos”, destacó Ariza Ramírez.

Por ejemplo, con la siembra de semillas mejoradas este año, se espera superar los niveles de producción alcanzados en 2024, adelantándose a una temporada agrícola crítica.

Así mismo, se encuentra latente la oportunidad de posicionar a Colombia como referente regional en producción agraria sostenible, aprovechando su diversidad de suelos, climas y ecosistemas, si se fortalecen los mecanismos de innovación, legalidad y apoyo al agricultor.

La coexistencia de semillas, promovida por el gremio, destaca la armoniosa convivencia en un mismo sistema productivo de semillas nativas y criollas (con resistencia y adaptación local), semillas mejoradas por métodos convencionales, y otras variedades con biotecnología, para mayor rendimiento). El objetivo es asegurar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los cultivos, permitiendo a los agricultores elegir y usar el tipo de semilla más adecuado para sus necesidades, ya sea para producción orgánica o agroindustrial.

La digitalización, la fórmula para mejorar la trazabilidad en el agro

* Representantes de las agtechs propusieron ejes estratégicos para impulsar la transformación digital del agro en las Américas.

Agricultura & Ganadería

(IICA – Martes 30 de septiembre de 2025).- El análisis de la digitalización como herramienta fundamental para mejorar la trazabilidad, aumentar la eficiencia en la producción y avanzar hacia un agro más sostenible y competitivo fue el común denominador de la IV Semana de la Agricultura Digital, que se celebró en la Sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Costa Rica.

Durante la jornada las 21 empresas dedicadas a la tecnología agrícola (agtechs) que participaron se dedicaron a mostrar cómo la innovación y la tecnología pueden transformar el sector agroalimentario, pues reafirmaron que la adopción de tecnologías digitales es urgente y estratégica para enfrentar los desafíos del sector y garantizar alimentos más saludables para la población.

Por Colombia participaron las empresas de base tecnológica Imix Latam, Crédito Digital Interactuar y Tecde.ai. Además de las tecnologías presentadas, se logró un diálogo con fondos de inversión y plataformas de inversión especializados en agrotecnología, los cuales presentaron sus modelos de financiamiento y compartieron experiencias sobre cómo escalar soluciones digitales en la agricultura de la región.

Esto fue durante el panel ‘Puentes de inversión para la innovación agtechs’, los voceros de dichas organizaciones destacaron el papel de estas en la transformación del sector agropecuario y explicaron cómo empresas nuevas pueden acceder a financiamiento para crecer, generar impacto y contribuir a la digitalización del campo.

Entre las participantes se destacaron Danta Fund, SP Ventures, BID Lab, Unidad de Capital de Riesgo e Inversión, The Yield Lab para Latam; Incofin Investment Management, Activa-CATIE y Brumas Venture Capital.

Los expertos coincidieron en la necesidad de impulsar puentes de inversión en el ecosistema AgTech de las Américas, concebidos como mecanismos de articulación entre actores clave como gobiernos, instituciones financieras, startups, centros de investigación y organismos de cooperación, de modo que permitan crear entornos propicios para que tecnologías como inteligencia artificial, sensores remotos, blockchain y big data, entre otras, lleguen efectivamente a los productores rurales.

La Semana de la Agricultura Digital es el principal espacio regional de encuentro sobre innovación digital aplicada al agro y es organizada por el IICA junto a aliados estratégicos como BID, CAF, Bayer, Procisur, la Universidad de Córdoba y AWS.

Durante cuatro días, se desarrollan presentaciones magistrales, paneles temáticos, exposiciones de soluciones tecnológicas, eventos paralelos y espacios de networking que reúnen a AgTechs, decisores políticos, fondos de inversión, aceleradoras, institutos de investigación, organismos internacionales y empresas del agro y la tecnología.

Como conclusiones, durante el encuentro, los representantes de las agtechs propusieron ejes estratégicos para impulsar la transformación digital del agro en las Américas. Algunas de las acciones serían, entre otras, el desarrollo de un repositorio regional de soluciones tecnológicas, la creación de un foro político-técnico permanente con el IICA y los ministros del agro de los países miembros y la construcción de una plataforma de comercio electrónico (Marketplace) regional que conecte emprendimientos con inversionistas y fondos multilaterales.

Por su parte, los expertos reunidos en varios paneles coincidieron en que la digitalización del agro debe ser impulsada por políticas públicas para enfrentar los desafíos del sector y que se debe trabajar de manera colaborativa, coordinando e integrando acciones.

A través de este evento, el IICA promueve espacios para el desarrollo rural sostenible, promoviendo la inversión estratégica en innovación de agrotecnologías como motor de competitividad, resiliencia climática e inclusión en el sector agropecuario.

Soya, maíz y tabaco transgénicos se cultivan con sello UNAL

Los transgénicos permiten cultivos más resistentes y sostenibles. Foto Cortesía: Unimedios.

Agricultura & Ganadería

(UN – Lunes 23 de junio de 2025).- Durante años los alimentos transgénicos han estado en el centro de un debate marcado por temores sobre posibles efectos en la salud y cuestionamientos por el control que ejercen algunas multinacionales sobre su producción. Sin embargo, la evidencia científica acumulada señala que esta tecnología es segura y que su potencial va mucho más allá de la agricultura, ya que permite avances en investigación médica, producción de vacunas, materias primas industriales y desarrollo de nuevos materiales como los bioplásticos.

Hoy Colombia no solo consume estas tecnologías, sino que además las produce localmente con libertad de operación, es decir sin infringir patentes vigentes. Así lo demuestra el trabajo del grupo Ingeniería Genética de Plantas (IGP) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), que ya ha desarrollado tres variedades transgénicas nacionales: soya, maíz y tabaco modificado con fines industriales.

En el país el vencimiento de varias patentes ha abierto la puerta para que grupos de investigación como el IGP desarrollen sus propias semillas, libres de restricciones comerciales. “No se trata de una tecnología cerrada o inalcanzable. Hoy tenemos en el país tres plantas transformadas con libertad de operación, es decir que se podrían cultivar y aprovechar sin depender de licencias extranjeras”, explica el profesor Felipe Sarmiento, del Departamento de Biología, uno de los investigadores del grupo.

Uno de los principales temores en torno a los transgénicos ha sido su posible relación con alergias o alteraciones metabólicas. Sin embargo, estudios realizados con animales alimentados con maíz o soya transgénica, incluso bajo exposición a herbicidas como el glifosato, no han mostrado diferencias frente a los alimentos convencionales. Tampoco se ha evidenciado transferencia de material genético a organismos consumidores.

“Llevamos más de 40 años comiendo maíz transgénico sin que se haya documentado un solo efecto adverso directamente atribuible a esta tecnología”, aclara el experto.

En Colombia el 36% del maíz y casi el 100% del algodón sembrados corresponden a variedades transgénicas. En menor escala también se cultiva soya modificada genéticamente, y hay flores transgénicas de exportación. Más allá de los cultivos comerciales, las plantas transgénicas han sido fundamentales para la investigación biológica, ayudando a entender funciones genéticas, producir proteínas para vacunas o generar compuestos industriales. Un ejemplo innovador es una planta de tabaco desarrollada por la UNAL para producir bioplásticos a partir de una proteína vegetal transformada.

Hasta hace poco el mercado global de semillas transgénicas estaba dominado por empresas como Bayer-Monsanto, Corteva, Syngenta o BASF, que protegían sus tecnologías mediante patentes estrictas. Sin embargo, muchas de esas patentes han empezado a vencer, y eso les ha permitido a investigadores colombianos aprovechar el conocimiento disponible para generar variedades propias.

Por ejemplo, en alianza con Fenalce, la UNAL desarrolló una soya resistente al glifosato, diseñada para contener la mínima cantidad de elementos patentados y validada con estudios de libertad de operación. También se trabaja con un maíz cuya patente venció, usado como base para nuevos cruzamientos.

“Eliminar esta tecnología por miedo sería un error. Ya hemos demostrado que es posible usarla de forma responsable, segura y soberana”, concluye el investigador Sarmiento. La apuesta ahora es por impulsar nuevas ideas que conecten la biotecnología con las necesidades del país, desde cultivos más resistentes hasta cadenas productivas sostenibles.

Colombia cultivará cáñamo industrial en zonas de posconflicto

* El cáñamo está experimentando un crecimiento notable en el mercado colombiano. Foto Cortesía: Archivo Unimedios.

Agricultura & Ganadería

(UN – Miércoles 28 de mayo de 2025).- Promover actividades productivas lícitas y sostenibles en territorios históricamente afectados por el conflicto armado es el eje de un nuevo proyecto que busca consolidar la industria del cáñamo industrial en Nariño, Cauca y Valle del Cauca. La iniciativa, liderada por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y la Universidad Santo Tomás, se enfocará en crear una alternativa económica legal en estas regiones del suroccidente colombiano.

La iniciativa busca establecer un modelo de producción legal, sostenible y rentable del cáñamo (variedad de Cannabis sativa cultivado con fines industriales) como alternativa para reducir la violencia y promover sociedades más seguras y equitativas. Para ello contempla instalar dos plantas de transformación vegetal y un aula rural interactiva equipada con tecnologías limpias, en la que se capacitará a las comunidades en el aprovechamiento productivo de esta fibra con alto potencial económico.

Con aplicaciones en industrias como la textil, la construcción, los biocombustibles y los productos alimenticios, el cáñamo está experimentando un crecimiento significativo en el mundo. Según un informe de IMARC Group, firma internacional de análisis de mercado, su mercado alcanzó los 5.400 millones de dólares en 2023 y se proyecta que en 2032 llegue a 19.700 millones.

El cáñamo es una planta versátil que se puede aprovechar casi en su totalidad: sus fibras sirven para elaborar textiles resistentes, papel, bioplásticos y materiales de construcción; sus semillas tienen aplicaciones alimenticias y cosméticas; y sus residuos se pueden emplear como biocombustible.

Pese a su potencial, el cáñamo industrial aún no se cultiva de forma masiva en Colombia, entre otros aspectos porque requiere grandes extensiones de tierra, y eso no es rentable para las empresas privadas. “Todo el cáñamo que se usa aquí, especialmente en textiles, se importa de Asia o África. El mercado local es completamente virgen; no hay competencia porque nadie lo está cultivando. La mayoría prefiere importar antes que producir localmente”, explica David Eduardo Moreno Castro, abogado de la Universidad Santo Tomás y co-creador del proyecto, seleccionado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCiencias).

Transformación local y formación para comunidades rurales

En este contexto, el proyecto se perfila como una estrategia para introducir el cáñamo como nuevo renglón económico en la región. Para ello se instalarán dos plantas de transformación vegetal: una en zona de cultivo y otra móvil con base en Tumaco (Nariño), las cuales permitirán procesar las fibras para convertirlas en papel y bioplásticos. Además, se implementará un aula rural interactiva como espacio de formación y apropiación del conocimiento en comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas.

Con una duración de tres años, el proyecto espera generar 388 empleos formales en zonas rurales priorizadas, reducir la informalidad laboral regional en un 0,09%, y aumentar en un 10% los ingresos familiares derivados del cultivo. También se fortalecerán al menos 6 cooperativas locales y se producirá conocimiento aplicado mediante publicaciones científicas y procesos de formación comunitaria.

“Este proyecto propone no solo una alternativa económica legal, sino un modelo que articula conocimiento, territorio y cultura en comunidades históricamente afectadas por el conflicto”, afirma Daniela Baracaldo, politóloga de la UNAL y coordinadora de la iniciativa.

En su fase inicial, el proyecto contempla sembrar 15 hectáreas de cáñamo, con un rendimiento estimado de 3 toneladas por hectárea, lo que permitirá obtener 45 toneladas. Este volumen se transformará en insumos industriales, dando paso a una cadena de valor que hoy no existe en el país.

Uno de los componentes más innovadores del proyecto es la recuperación de fuentes semilleras de cáñamo, es decir los registros legales que autorizan su uso, cultivo y comercialización en Colombia. Actualmente estos están controlados por pocas empresas.

A través de alianzas estratégicas, el equipo del proyecto logró que varias compañías —ya inactivas pero con registros vigentes— cedieran sus licencias a cambio de que se realizara la caracterización agronómica de las semillas. Esto permitirá que las comunidades las usen libre y perpetuamente, rompiendo así con los monopolios del material genético y devolviéndoles el control sobre su propia producción.

“Nos encontramos con un mercado cerrado, en el que las fuentes semilleras estaban en manos de pocas empresas. Logramos acuerdos para utilizar esos registros y garantizar que las comunidades tengan acceso libre y perpetuo a las semillas, sin depender de monopolios”, añade el abogado Moreno.

El proyecto fue formulado por investigadores del grupo Presidencialismo y Participación de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la UNAL, con el apoyo del Instituto Unidad de Investigaciones Jurídico-Sociales Gerardo Molina (Unijus) y la participación de las Facultades de Ciencias y Ciencias Agrarias, junto con la Universidad Santo Tomás.

La iniciativa surgió a partir del diálogo con comunidades que se sentían excluidas de los debates sobre la legalización del cannabis, muchas de las cuales desconocían que podían acceder a licencias o que existían alternativas legales viables.

Esta propuesta se presenta ahora como una opción productiva legal que reconoce su experiencia agrícola y busca transformar las condiciones estructurales del territorio. Actualmente está en etapa de aprobación ante el Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD), cuya evaluación final se conocerá el próximo 9 de junio.

Café caldense independiente busca abrirse paso con estrategias digitales más sólidas

* Cerezas de café en distintas etapas de maduración, cruciales para garantizar perfiles sensoriales de alta calidad en cafés de origen como los de Caldas. Foto Cortesía: Algi Febre Sugita / AFP.

Agricultura & Ganadería

(UN – Lunes 26 de mayo de 2025).- Aunque el grano del Eje Cafetero goza de reconocimiento internacional por su tradición y calidad, en Caldas muchas marcas independientes de café siguen sin consolidar su posicionamiento en el entorno digital. Frente a esta realidad, una investigación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales propone un modelo de mercado (marketing) digital que busca fortalecer la presencia de estas empresas en redes sociales, mejorar su conexión con los consumidores y convertir la visibilidad en oportunidades reales de crecimiento.

En Colombia, donde el café es más que un cultivo y se arraiga en la identidad del país, los precios internacionales han mostrado un comportamiento al alza. A mayo de 2025 el valor interno de referencia supera los 2,9 millones de pesos por carga de 125 kg, una de las cifras más altas en más de una década. Este contexto, impulsado por el alza en la Bolsa de Nueva York y la tasa de cambio, abre una ventana estratégica para las marcas independientes que apuestan por diferenciarse y fortalecer su conexión con el público mediante canales digitales bien estructurados.

Este panorama ha sido favorable para ciertos eslabones de la cadena productiva, pero no siempre para los pequeños caficultores o las marcas emergentes. En ese contexto, las marcas de café independiente, especialmente en regiones como Caldas –con Denominación de Origen y fuerte identidad territorial– intentan posicionarse en un mercado que valora cada vez más la trazabilidad, la calidad sensorial y las historias detrás de cada taza.

El auge de marcas independientes de café en Caldas, impulsado por la tradición cafetera y la búsqueda de valor agregado, motivó a María Camila Peláez Betancurth a proponer un modelo de marketing digital pensado especialmente para este sector. Su tesis para la Maestría en Administración de la UNAL Sede Manizales busca ofrecer herramientas concretas para que estos emprendimientos logren consolidarse en un mercado cada vez más competitivo.

La vitrina digital que necesitan los cafés de origen

Para construir su propuesta, la magíster aplicó encuestas a 32 emprendimientos cafeteros del departamento, todos con presencia en redes sociales y en etapas distintas de consolidación de marca. Además, realizó un análisis comparativo de estrategias digitales empleadas en el país y en contextos similares de América Latina.

A partir de esa combinación de trabajo de campo y revisión teórica identificó las principales barreras que enfrentan las marcas independientes –entre ellas la ausencia de planificación, el desconocimiento de herramientas digitales y la baja capacitación en mercadeo– y diseñó un modelo ajustado a las realidades del territorio.

Pese al auge del café de origen, muchas marcas siguen sin consolidarse digitalmente, especialmente por la baja adopción de estrategias digitales. Según la investigadora, “esto se debe a la falta de capacitación, a la escasa modernización de los canales de comunicación y al mantenimiento de prácticas de mercadeo tradicionales que resultan insuficientes frente a consumidores que hoy esperan contenidos visuales atractivos, comunicación constante en redes sociales y una conexión directa con las marcas a través de canales digitales personalizados”.

El modelo propuesto por ella se estructura en cinco pilares: alcanzar, actuar, convertir, enamorar y planificar. Estos conceptos orientan la creación de contenido atractivo, el uso estratégico de plataformas digitales y la organización de campañas para fidelizar clientes y aumentar la visibilidad de las marcas.

“La meta es que estos emprendimientos no solo vendan más café, sino que además se conviertan en motores de desarrollo rural a través de la bioeconomía y el agroturismo”, destaca.

Uno de los hallazgos más reveladores del estudio fue el papel cada vez más protagónico de las mujeres. “Aproximadamente la mitad de quienes lideran estas marcas independientes son mujeres, especialmente en áreas como la comercialización y la construcción de marca, lo que demuestra un cambio significativo en la tradicional división de roles dentro del sector cafetero”, menciona la magíster.

Aunque las plataformas más utilizadas por las marcas encuestadas son WhatsApp Business, Instagram y Facebook, su potencial no está siendo aprovechado al máximo. Según la magíster, “aunque generan buena visibilidad, muchas publicaciones son esporádicas, desorganizadas y sin un plan claro. Incluso herramientas gratuitas como Canva no se están usando sistemáticamente para el diseño gráfico del contenido”.

La falta de recursos económicos y educativos son los dos grandes obstáculos para implementar estrategias digitales robustas. Muchas personas detrás de estas marcas no han terminado la secundaria y no cuentan con formación en marketing o manejo de herramientas digitales.

Además de proponer un modelo estructurado, la magíster les sugiere a los líderes de marcas de café independiente iniciar con una planificación clara, capacitarse de manera continua y aprovechar al máximo las herramientas digitales disponibles.

Por último, insiste en la importancia de diseñar programas de lealtad que fortalezcan la relación con los clientes, destacar los elementos diferenciales de cada marca —como el origen, la historia o las prácticas sostenibles— y adoptar una estrategia de contenido que combine creatividad con constancia. “Aplicar el modelo propuesto ofrece una ventaja significativa frente a quienes improvisan su presencia en el entorno digital”.

Agrosavia entregó cultivares de trigo y cebada

* La ADR recibió esta nueva tecnología para fortalecer la seguridad alimentaria y la innovación agrícola en el país.

Agricultura & Ganadería

(Agrosavia – Jueves 22 de mayo de 2025).- En un paso estratégico hacia el fortalecimiento de la soberanía alimentaria del país y el impulso a la investigación agropecuaria, la Corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia) entregó 19 cultivares de trigo y ocho de cebada a la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), provenientes del Banco de Germoplasma para la Alimentación y la Agricultura de la Nación.

Este banco, administrado por Agrosavia, es un activo nacional clave que resguarda 275 especies de interés para la agricultura y la seguridad alimentaria, contribuyendo a la preservación de la agrobiodiversidad genética y al desarrollo de nuevas variedades adaptadas a las condiciones del campo colombiano.

La transferencia de estos materiales genéticos busca apoyar los programas de fortalecimiento productivo impulsados por la ADR, especialmente en regiones donde el trigo y la cebada representan una oportunidad para diversificar cultivos, mejorar ingresos y reducir la dependencia de importaciones.

“Ha sido un día muy especial, dentro de las acciones generadas desde el Banco de Germoplasma hemos seguido generando ejercicios de entrega, restitución o rematriación de materiales genéticos conservados en los bancos de germoplasma a los productores. La entrega de estos cultivares es un ejemplo concreto de cómo la ciencia, la conservación y el desarrollo rural trabajan con las comunidades y llega a los territorios bajo una estrategia de conservación integrada. Queremos que todos los conocimientos científicos y técnicos, que se generan desde los bancos, puedan ser integrados con esos conocimientos locales, ancestrales, que tienen las comunidades. Esa interacción es la que va a permitir que ellos mismos también sean custodios de esa agrobiodiversidad”, afirmó Carolina González Almario, jefe del departamento de agrobiodiversidad de la Corporación.

Los cultivares entregados fueron seleccionados por su potencial agronómico, su adaptación a diferentes condiciones agroecológicas del país y su aporte al mejoramiento de la productividad de estos sistemas, una prioridad compartida entre Agrosavia y la ADR.

“El propósito es que estos materiales no sólo estén conservados en los laboratorios de la Corporación, sino que podamos llevar al campo y lo podamos llevar a los territorios, multiplicar esta semilla y conservarla con nuestros campesinos. El trigo y la cebada hacen parte de la seguridad alimentaria no sólo de Colombia sino de todo el mundo, queremos plantear un programa a nivel nacional, fortaleciéndonos y enfocándonos principalmente en la región Andina, conociendo la historia que han tenido estos cereales en la seguridad y la soberanía alimentaria de Colombia”, señaló Diego Solano, vicepresidente de integración productiva de la ADR.

Esta colaboración interinstitucional ratifica el compromiso de las entidades adscritas al Ministerio de Agricultura con una agricultura más resiliente, sostenible y basada en la ciencia, en beneficio de los pequeños y medianos productores del

Expertos presentaron avances en variedades resistentes a Fusarium

* Los especialistas detallaron los progresos que se han hecho para desarrollar variedades de banano resistentes a la enfermedad. Por Colombia, Agrosavia participó de manera activa, presentando los resultados de sus investigaciones.

Agricultura & Ganadería

(IICA – Sábado 10 de mayo de 2025).- Expertos reunidos por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) presentaron los avances más recientes en programas de mejoramiento genético para desarrollar variedades resistentes al hongo Fusarium R4T, que amenaza la producción de banano.

La exposición se realizó ante más de 190 actores del sector de la producción, la comercialización y la investigación del banano de 22 países de las Américas y Europa, que están en alerta por la expansión de esta enfermedad en un cultivo clave para la seguridad alimentaria y los medios de vida de pequeños agricultores en el continente y el mundo.

El mal se originó en Asia y ha ido desplazándose hacia el oeste. En 2019 fue detectado en las Américas, lo que encendió la alarma en las zonas tropicales de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, cuyos países están entre los mayores productores y exportadores de banano del mundo.

Para contrarrestar, representantes del sector privado, académico, de organizaciones de la sociedad civil, entes estatales y organismos internacionales formaron en 2020 la Alianza Global de Cooperación de Lucha contra el Fusarium R4T, cuya secretaría técnica es ejercida por el IICA.

El evento fue organizado por la Red de musáceas de Fusarium Raza 4 Tropical (FR4T), compuesta por un amplio equipo de especialistas del IICA y contó con las exposiciones de expertos del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), con sede en Costa Rica, y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia).

Ambas entidades, además de detallar los progresos que se han hecho para desarrollar variedades de banano resistentes a la enfermedad, realizaron reflexiones estratégicas sobre la gestión fitosanitaria.

El rol de la ciencia

Luis Pocasangre, Director General del CATIE, expuso los avances en programas de mejoramiento genético que están desarrollando variedades tolerantes como son el caso de que los llevan adelante la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) y la Corporación Bananera Nacional (CORBANA) de Costa Rica, como así también el organismo francés de investigación y cooperación agrícola, CIRAD.

El directivo de CATIE resaltó que el éxito de la contención de la enfermedad dependerá del fortalecimiento de capacidades técnicas, la articulación regional y la implementación de un enfoque integrado.

Mónica Betancourt Vásquez, Investigadora Senior de Agrosavia, presentó los resultados de la introducción y evaluación de materiales promisorios en Colombia. La experta concluyó que, si bien existen opciones genéticas prometedoras, aún no se cuenta con variedades tipo Cavendish completamente resistentes al TR4.

En el cierre, José Urdaz, Gerente del Programa de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad de los Alimentos (SAIA) del IICA, y Erika Soto, Coordinadora de la Red Musáceas – Foc R4T, hicieron un llamado a fortalecer la cooperación técnica, facilitar el acceso al conocimiento con base científica para la toma de decisiones y a seguir articulando esfuerzos regionales.

El encuentro reafirmó el rol del IICA como facilitador técnico en la región y promotor de la cooperación científica, el fortalecimiento de capacidades y la articulación de alianzas público-privadas para enfrentar esta amenaza que compromete la seguridad alimentaria y la economía de millones de productores rurales.

Representantes de Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia, México, Bolivia, Costa Rica, Belice, Guatemala, entre otros países, se sumaron al llamado a fortalecer una estrategia hemisférica basada en la prevención, la innovación genética y la protección sanitaria de los cultivos de banano y plátano.

Minagricultura y Agrosavia generan oportunidades productivas para que los jóvenes permanezcan en el campo

* Jóvenes Rurales es un proyecto liderado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia que dinamiza Agrosavia en las regiones.  Esta iniciativa contribuye al mejoramiento de los procesos educativos, al fortalecimiento y desarrollo económico agropecuario y al mejoramiento del bienestar de las comunidades rurales en Colombia.

* En Antioquia, la Institución Educativa Rural San José del Nus ubicada en el corregimiento San José del Nus del municipio de San Roque, hace parte de las Instituciones Educativas Rurales (IER) beneficiadas.

* Estudiantes y docentes fortalecen sus capacidades en el manejo agronómico integrado, cosecha y poscosecha del cacao, y la producción de hortalizas bajo condiciones protegidas con enfoque agroecológico, considerando las dinámicas agroindustriales y socioeconómicas del Nordeste antioqueño.

* En esta oportunidad, Jóvenes Rurales permitió la construcción de una fábrica de bioinsumos que favorecerá el aprovechamiento de los residuos generados en los sistemas productivos de La Granja, así como al mejoramiento de los procesos para la producción de abonos orgánicos.

Agricultura & Ganadería

(Agrosavia – Lunes 21 de abril de 2025).- El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia (MADR) en asocio con la Corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia), desarrolla el proyecto Jóvenes Rurales, iniciativa que busca promover el desarrollo y fortalecimiento de las habilidades de los jóvenes rurales para su integración generacional a partir del fortalecimiento de ambientes de formación, con enfoque diferencial y territorial, como una forma de generar oportunidades para que los jóvenes permanezcan en el campo colombiano.

En Antioquia, la Institución Educativa Rural San José del Nus ubicada en el corregimiento San José del Nus del municipio de San Roque, hace parte de las cincuenta (50) Instituciones Educativas Rurales (IER) beneficiarias en todo el país. A través de la implementación de procesos de Ciencia, Tecnología e Innovación, estas actividades sirven de motivación para que los jóvenes identifiquen alternativas agroindustriales para su implementación, considerando la vocación agropecuaria del territorio.

Desde su creación en 1972, la IER San José del Nus ha conjugado su propósito educativo con el desarrollo rural. En las 20 hectáreas de extensión que tiene se encuentra La Granja, un ambiente de aprendizaje dotado con infraestructura y recursos mínimos necesarios para que sus estudiantes aprendan haciendo y desarrollen competencias para la producción sostenible de aves de corral, conejos, piscicultura, porcicultura y ganadería doble propósito, así como en sistemas productivos agrícolas como cacao, hortalizas y cultivos transitorios.  Hoy la IER cuenta con aprobación del SENA para impartir educación media técnica con la modalidad agropecuaria.

Gracias a Jóvenes Rurales, estudiantes y docentes están fortaleciendo sus capacidades a través de jornadas de transferencia de tecnología teórico-prácticas y del mejoramiento de sus ambientes de formación, considerando las necesidades locales y las dinámicas agroindustriales y socioeconómicas del Nordeste antioqueño.  Estas acciones contribuyen al empoderamiento de los jóvenes, esperando que se conviertan en generadores de transformaciones que redunden en el mejoramiento de la calidad de vida de sus familias y de la población en general.

“La Institución Educativa Rural San José del Nus ha sido muy beneficiada con este proyecto Jóvenes Rurales, ya que para nosotros ha sido algo innovador, hemos aprendido nuevas prácticas, ha sido una experiencia bastante significativa, los estudiantes están muy motivados, incluso los docentes del área se han sentido también muy acompañados por los profesionales que hacen parte de este grandioso proyecto. Entonces para nosotros ha sido de gran crecimiento en nuestro énfasis agropecuario”, comentó José Hortelo Bejarano Martínez, rector de la IER San José del Nus.

Para concertar los proyectos productivos pedagógicos a intervenir, los investigadores del Centro de Investigación El Nus se reunieron con la comunidad educativa de la IER y acordaron trabajar en torno al sistema productivo cacao, desde sus prácticas productivas, cosecha y poscosecha, y en la producción de hortalizas en clima cálido bajo condiciones protegidas con enfoque agroecológico.

De acuerdo con David Felipe Nieto Sierra, investigador Máster de Agrosavia, C.I. El Nus y líder del proyecto “para lograr los objetivos propuestos por Jóvenes Rurales, se acordó un plan de trabajo con trece (13) jornadas de capacitación y tres (3) estrategias territoriales que incluyen temáticas alrededor de los Proyectos Pedagógicos Productivos priorizados, promoviendo el intercambio de conocimientos y experiencias de los estudiantes y docentes con los investigadores del Centro de Investigación El Nus y otros actores territoriales que se sumaron a esta iniciativa”.

“En el sistema productivo de cacao, se instaló un módulo de beneficio para la fermentación y secado del grano, oferta tecnológica de Agrosavia que permite a través de su uso eficiente y correcto, mejorar la inocuidad y calidad del alimento, mientras que para la producción de hortalizas en clima calidad bajo condiciones protegidas, se propuso seguir un modelo de siembra agroecológico, basado en principios como la asociación y rotación de cultivos, alelopatía, siembra escalonada, manejo sostenible del suelo, propagación de plantas, control integrado de plagas y enfermedades; entre otras estrategias que generarán capacidades para mejorar la seguridad alimentaria en la zona de influencia de la IER, favoreciendo así la apropiación del conocimiento de los estudiantes”, complementó el investigador David Felipe Nieto Sierra.

Jóvenes Rurales también consideró la construcción de una fábrica de bioinsumos en esta institución, que favorezca el aprovechamiento de los residuos generados en los sistemas productivos de La Granja y el mejoramiento de los procesos para la producción de abonos orgánicos.

Maureen Mejía, estudiante beneficiada comenta que “casi siempre nos vamos para la ciudad a buscar trabajo, pero el campo también es sostenible; en San José del Nus tenemos una institución rural en la cual hay campo, hay cacao, que es en lo que estamos trabajando. Nos ha ayudado a

mejorar y a pensar lo que podemos hacer en algún futuro. La propuesta de Jóvenes Rurales me parece muy buena porque nos ha permitido afianzar el conocimiento que tenemos en nuestra institución, que es rural.  Además, en la institución nos permite trabajar la parte teórica, decirnos las partes del cacao y muchas cosas más, pero Jóvenes Rurales nos ha permitido interactuar y trabajar con el cacao, los abonos, el crecimiento y todo lo que tenga que ver con el cultivo”.

Para implementar esta estrategia, Agrosavia como articulador del proceso, ha identificado actores claves en el territorio como Gramalote Colombia, Fundación Socya, Swisscontact, la Compañía Nacional de Chocolates, la alcaldía de San Roque, el SENA, la Compañía Agrícola de la Sierra, el Comité Universidad, Empresa, Estado (CUEE) capítulo Nordeste, entre otros, buscando contribuir a la multidisciplinariedad del proyecto, procurando así una mejor inversión de los recursos, una acertada planificación y una gestión integral del desarrollo regional.

“El colegio nos beneficia a los jóvenes rurales porque nos permite realizar actividades que no podíamos hacer en el mismo colegio y que hoy lo estamos haciendo nosotros mismos. Por ejemplo, allá en el invernadero logramos hacer unas camas donde plantamos cilantro y cebolla larga, que nos ayudaron a comprender cómo podríamos ya a futuro llevar eso a cabo… Después agarramos desechos de animales donde los echamos en tres tarros, uno eran desechos de gallina, otros desechos de cerdo y el último eran de vaca…” dice Jhustín Gutiérrez estudiante de la IER San José del Nus.

Jhustín también resalta que, a través de las salidas pedagógicas, los alumnos han podido entender y interiorizar los conocimientos porque permite poner en práctica las recomendaciones, a diferencia de permanecer en un salón de clases, solo con explicaciones en un tablero. Estas actividades aportan al colegio y los jóvenes para proyectar sus emprendimientos o el mismo trabajo pedagógico.

De esta manera, Jóvenes Rurales contribuye al mejoramiento de los procesos educativos de las regiones, al desarrollo económico agropecuario y al mejoramiento del bienestar de las comunidades rurales de Colombia. Esta iniciativa espera motivar la población joven para que explore la agrobiodiversidad y promueva el uso sostenible de alternativas productivas que garanticen la vida digna de la población rural y fortalezcan la competitividad de los territorios.

Aplicación móvil colombiana predice muerte masiva de peces en el Caribe

* La app tiene una precisión del 78% para predecir la mortandad de peces. Foto Cortesía: Unal – Odd Andersen / AFP.

Agricultura & Ganadería

(Unal – Martes 15 de abril de 2025).- La Ciénaga Grande de Santa Marta, un vasto complejo lagunar considerado como uno de los ecosistemas más importantes del Caribe colombiano, ha sido el escenario de la muerte masiva de peces, lo que afecta a miles de familias de la región que dependen de la pesca. Para atender este fenómeno –provocado por el crecimiento descontrolado de algas tóxicas y el aumento de la temperatura–, un equipo científico logró validar y poner en funcionamiento una herramienta predictiva capaz de anticipar con precisión cuándo las condiciones del agua afectarían la vida marina.

La muerte masiva de peces como róbalo, lisa, tilapia, mojarra y pargo en la Ciénaga Grande de Santa Marta se relaciona con los florecimientos algales nocivos (FAN), un fenómeno natural que se vuelve más frecuente y peligroso por el cambio climático y la contaminación que llevan las aguas residuales agrícolas o humanas, con fertilizantes o detergentes ricos en fósforo.

Cuando microalgas como Anabaenopsis encuentran un exceso de nutrientes –entre ellos el fósforo– proliferan descontroladamente. Este “brote” de algas consume el oxígeno disuelto en el agua generando hipoxia (bajo oxígeno) o anoxia (ausencia total de oxígeno), lo que provoca la asfixia de peces y otros organismos acuáticos.

Estos eventos tienen consecuencias no solo ecológicas, sino también sociales y económicas: los pescadores pierden su sustento, se afectan los ecosistemas costeros, y si no se actúa a tiempo se pueden generar impactos sobre la salud pública. Según Parques Nacionales Naturales, más de 30.000 habitantes dependen de los recursos pesqueros del complejo lagunar de esta región.

Una aplicación para actuar a tiempo

A mediados de la década de 1990 científicos colombianos propusieron una idea visionaria: crear una herramienta que permitiera anticipar estas crisis, y así nació el indicador de riesgo de muerte de aerobios (IRMA), diseñado para alertar sobre el riesgo de mortandad masiva de peces a partir del monitoreo de tres variables esenciales del agua: fosfato (PO₄), clorofila (CLA) y oxígeno disuelto (OD).

Sin embargo, en ese entonces el IRMA no se pudo validar con suficientes datos y su uso se descontinuó hasta ahora, cuando un equipo de trabajo lo retomó y actualizó utilizando 5.778 registros históricos recolectados entre 1993 y 2019 en 71 Estaciones de Monitoreo de la Ciénaga Grande de Santa Marta, información que se consolidó gracias a la cooperación del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar).

También incluyó una base de datos única construida con 26 años de noticias y reportes sobre mortandad de peces en la región, gracias al trabajo de investigadores y medios de comunicación. En este caso se contó con la información del “Proyecto de cooperación técnica colombo alemán: rehabilitación de la Ciénaga Grande de Santa Marta” (Pro-Ciénaga), dirigido por el doctor Horst Salzwedel, biólogo marino de la Universidad de Kiel (Alemania).

El resultado es una versión validada, precisa y operativa del IRMA, y, aún más importante, un sistema de alerta temprana listo para ser utilizado por autoridades ambientales, pescadores y cualquier persona interesada en proteger este ecosistema vital, con una precisión del 78% para predecir la mortandad de estos peces.

El proyecto no se quedó en el laboratorio, sino que con el apoyo de desarrolladores de Nova Transmedia, el equipo creó una aplicación móvil gratuita que ya está disponible en App Store (https://apps.apple.com/es/app/florecimientos-algales-nocivos/id1602753063), que pone el IRMA directamente en la palma de la mano.

La app les permite a los usuarios ingresar valores de fósforo, clorofila y oxígeno disuelto obtenidos con sensores básicos o estaciones de monitoreo, y el sistema calcula automáticamente el nivel de riesgo de mortandad de peces en una escala que va de “poco riesgo” a “muy alto riesgo”.

También ofrece un tablero gráfico interactivo, mapas de riesgo geoespacial y un módulo educativo virtual que enseña a identificar microalgas tóxicas, realizar muestreo de campo y entender los ciclos ecológicos de la Ciénaga.

El estadístico Luis Felipe Santos Becerra, magíster en Biología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), trabajó en la investigación con los profesores José Ernesto Mancera, del Departamento de Biología, y Liliana López Kleine, del Departamento de Estadística. El estudio contó con toda la rigurosidad científica necesaria, pues se utilizaron modelos estadísticos avanzados como análisis multivariados, aprendizaje automático (machine learning) –a través de bosques aleatorios utilizados para predicción–, y modelado geoestadístico (Kriging).

Además, contiene datos históricos valiosos, que integran más de dos décadas de monitoreo ambiental y noticias que permiten observar patrones a largo plazo que antes eran invisibles; y una aplicabilidad real, ya que la herramienta se diseñó no solo para investigadores sino también para pescadores, educadores, estudiantes, y autoridades que necesitan actuar con rapidez.

Un problema que se extiende

Este problema sigue latente, pues en 2019 el Invemar señaló que más de 2 toneladas de peces en la Ciénaga Grande de Santa Marta (desembocaduras de los ríos Fundación y Aracataca) murieron por el fenómeno de disminución de oxígeno con varias causas, entre ellas el aumento de la temperatura por el fenómeno de El Niño, un evento asociado con el incremento de algas tóxicas como las cianobacterias.

De hecho, en medio del mar ya hay zonas llamadas como “muertas”, que son como grandes bolsas sin oxígeno, y por ende sin vida. Un estudio de 2018 publicado en la revista Science mostró que desde mediados del siglo XX estas zonas se han cuadruplicado en los océanos, mientras que cerca de las costas se han multiplicado por 10. Estas condiciones se dan por el aumento de calor de la Tierra, que es la base para que las cianobacterias se sigan reproduciendo; se estima que en los próximos 5 años la temperatura aumentaría 1,5 °C de más.

Según la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), en Colombia hay más de 300.000 pescadores y solo en 2021 la pesca y la acuicultura alcanzaron una producción de más de 300.000 toneladas, en especial de tilapia, cachama, trucha y camarón. Sumado a esto, el consumo per cápita de pescado pasó de 6,9 kg en 2018 a 9,6 kg en 2022, datos que evidencian la importancia de este sector no solo para esta región costera sino para todo el país.

Por eso la investigación del magíster Santos se convierte en un salvavidas, pues permite tener herramientas que generen sistemas de alerta temprana frente a la mortandad de peces, un problema que incide directamente en la economía no solo del Caribe sino del país, y de la cual dependen miles de familias.

Nuevas variedades en hortalizas para que productores mejoren sus sistemas productivos

* Ahuyama Agrosavia La Plata y Ají dulce Agrosavia Tropical son las nuevas variedades desarrolladas por la entidad de investigación agropecuaria para productores de sistemas hortícolas en el país.

* Las variedades son el trabajo de 12 años de investigación realizado por el Centro de Investigación Caribia, liderado por el grupo de trabajo de la red de hortalizas de la institución.

Agricultura & Ganadería

(Agrosavia – Jueves 3 de abril de 2025).- La Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) en busca de la promoción de prácticas que permitan especializar la producción de hortalizas como aporte a la trasformación productiva de la región Caribe colombiana, presentaron las nuevas variedades de Ahuyama y Ají dulce en la Zona Bananera por medio de un evento de divulgación de oferta tecnológica con el que se propende fortalecer las capacidades de campesinos, asistentes técnicos, aliados de los gremios, investigadores, académicos, estudiantes, productores y actores del SNIA como aporte al desarrollo local.

 El evento se realizó en el marco de la tercera fase del Plan de vinculación de hortalizas en el Caribe seco colombiano liderado por la investigadora Isueh Arenas Rubio de la Corporación, consolidando la implementación de sistemas productivos con productores de Ciénaga, Aracataca, Fundación y Santa Marta, basados en el uso sostenible de la biodiversidad. El evento también tuvo la presencia de productores de la Guajira interesados en el desarrollo de procesos hortofrutícolas. Fueron participes la Cámara de comercio de Santa Marta, Asohofrucol de la Guajira, Asoriofrío, SENA Cedagro de Atlántico, SENA Gaira del Magdalena, ICA del Magdalena, Tecnosemillas, Asoarhuaco, ADR UTT1 y las secretarias de Desarrollo Económico de la Zona Bananera, Fundación, Aracataca (Magdalena) y Dibulla (Guajira).

“Agrosavia Tropical es una variedad de ají dulce tipo topito adaptada a las condiciones de clima cálido imperantes en la región Caribe de Colombia. Esta variedad expresa rendimientos medios de 31 toneladas por hectárea. Así mismo, la uniformidad en la arquitectura de las plantas le confiere ventajas de manejo del cultivo tales como reducción de tutorado, podas y aplicaciones de productos, frente a materiales tradicionales que, por la diversa arquitectura de las plantas dificultan estas labores cotidianas”, afirmó la investigadora máster Isueh Arenas del Centro de Investigación Caribia. “Este producto toma relevancia en las preparaciones culinarias, especialmente para la región por su forma de preparación casera como especia”, continuó.

Por su parte, Agrosavia La Plata es una variedad de ahuyama tipo pastelito que se adapta a las condiciones de clima cálido en la región Caribe de Colombia. En este sentido la variedad expresa rendimientos medios de 19,9 toneladas por hectárea, lo que es superior comparada con los rendimientos de materiales locales.

De acuerdo con el investigador Ph.D. Julio Ernesto Muñoz, “esto le permiten cumplir con los estándares del mercado regional para consumo en fresco. La fijación de la forma de fruto tipo pastelito le confiere ventajas comerciales frente a los cultivares locales que no superan 51 % de frutos con estas características, que a su vez son reconocidas por comercializadores y consumidores finales como frutos de primera calidad, y, por ende, generan mayor demanda en la compra”.

“Una de las labores que es importante realizar para este tipo de hortalizas, es la instalación de riego, en este caso riego por goteo, que nos va garantizar el suministro de humedad y agua a las plantas, sobre todo en estas épocas de sequía que pueden afectar el rendimiento”, declaro el investigador.